miércoles, 23 de septiembre de 2009

70%

Como si de una profecia se hubiera tratado. Leia y releia las cartas, y entre ellas le llamaba la atencion una frase, una frase profetica... "la pampa azul y sus gigantes grillos monosilábicos, extensos territorios de nada. Solo un galeón podría atravesarla verdaderamente, solo un galeón..."

Desde un barco, en un cuaderno, para ser mas precisos, le escribo: Esta carta que nunca le llegara, Francisco. Quizas usted viaja ahora sobre un barco tambien.
Las calles estan inundadas y han perdido su nombre. El mundo esta inundado... o siempre lo estuvo. Recorremos leguas de esa "pampa" azul, en donde tiempo atras hubieramos visto pastar a algun animal corriente y no las barbas impalpables de las ballenas comiendo cril, o en el Larousse ilustrado: Crustáceos pequeños (eufásidos) que sirve de alimento a las ballenas... ballenas... unicamente tiempo de esbozar una sonrisa, o una mueca de alegria.
La cruz del sur nos guia en las heladas noches patagonicas, esquivando picos nevados que apenas asoman del agua. Durante el dia vamos a la deriva, escuchamos vinilos en el viejo toca discos que el primer maestre rescatara de aquel otro barco de carga. Fumamos y tomamos oporto en cubierta, disfrutando del sol, y mirando el azul mundo, fundido entre agua interminable y cielo. Eso es el mundo entero: agua y cielo, una azul pampa interminable, una pampa de desconcierto y paz. Ballenas que cantan de noche y la pesca del dia: camarones, sardinas o pulpo, tinta de pulpo sobre este Rivadavia azul rallado, tapa dura...

viernes, 4 de septiembre de 2009

otro final - para un Zamel contemporaneo -

Ya va cerrando sus ojos, los payasos comienzan a molestarlo a cierta hora de la noche, las sabanas asesinas y un puercoespín almohada, los lados no lo reciben bien,¡Maldita sea! debería haber tomado el 71, no haber vuelto en tren, fue una estupidez, un error, ahora el sudor cae desde su bigote y penetra sus labios, ¡maldita sea! no esta pasando nada, ¿que dirán los lectores? ya van tres veces que pasa esto.En las mañanas venideras Zamel se levanto, tomo mate cocido, alimento los gansos leyó el diario y fumo tres cigarrillos camino a la oficina. No se baño por una semana, su prepucio olía a puerto de Mar del Plata, no alimento las cacatúas y dejo de comer garbanzos en las noches. Maldecía todo el tiempo.En el departamento próximo al de Zamel, los hijos de re mil puta de siempre desayunan tostadas con dulce de leche y mendicrim, alimentan nutrias y delfines, una musa limpia sus entrepiernas, y componen melodías hermosas, ese es su trabajo.Ya no puede dormir, nunca más lo va lograr, nunca mas va dormir, condenado a viajar todo el tiempo en colectivo, dos contrabajistas afinan a distancias de segundas menores eternamente. La muchacha de al lado su cabellera dorada y unas piernas suaves como el chocolate, contra sus mismas piernas velludas y hediondas, migas de galletitas en la cama y acaba este pensamiento, acaba y no se limpia. Zamel deberías perecer, eso diría su tía.Una noche Zamel volvió muy tarde de la oficina, porque su jefe lo obligo a quedarse contando boletos de colectivo, al llegar una jauría de hienas lo sorprendió en la esquina de su departamento. Zamel rezo mucho, pero no le sirvió de nada. Los hijos de re mil puta de siempre vieron todo por la ventana, sus musas no porque estaban arrodilladas en dirección contraria.