Al pronunciar estas palabras creí estar hablando como una ballena, y pensé que un mono rápidamente podría detectarme, pero no hice caso, seguí hablando mientras un desconocido me escuchaba atentamente.
- ese es el reposo, arribar, respiro, me veo las manos, corre agua por el cordón hacia la bocacalle, a veces llueve, miro el cielo, abro la boca, siempre la misma esquina!!
como un tatuaje, siempre, irremediablemente todas las veces...
Hice silencio, el desconocido me miraba hondo a las ojos, los segundos se hacían días, húmedos y cálidos , como los que preceden a las tormentas del anochecer, sus ojos comenzaron a llover intensamente, llovieron hasta el amanecer y mas tarde se convirtieron en cielo.