domingo, 25 de diciembre de 2011

nota nº 17

Sonreía pensando que Samel no era un idiota, Tal vez se fugaría o intentaría alguna cosa de de esas como asesinar al guarda o hacerse pasar por párroco. Las Ballenas, de plateados lomos en un noches de luna llena cantarían en su honor.
Antogua población de pescadores, latas oxidadas llenas de plomada o restos de carnada, paredes de madera húmeda. Solo palabras inentendibles salían de su boca ¡Ballenas negras guíenme en el camino!
Volaban los vasos de la mesa al piso, podía caer la mesa también.

punta del diablo
1945