jueves, 9 de julio de 2009

Someday my prince will come

Parece que llueve pero no me estoy mojando o me estoy mojando y no llueve o no llovió nunca mas , nunca mas desde esa tarde de sábado, si , eso recuerdo, recuerdo que nunca mas llovió, están secos los cordones de las veredas, el sol resplandeciente sonríe a quienes esperan las precipitaciones, no llovió mas desde ese sábado en que espere y espere bajo la puerta de esa café en Corrientes y Parana. No llueve mas.
Pienso mas que nada, a veces, en la tortura que es para mi siempre girar la cabeza hacia la derecha cuando yo sobre cualquier colectivo que viene desde Chacarita hacia mi casa cruzo la calle Fraga por Federico Lacroze, a veces a lo lejos veo una camioneta blanca y me hundo en el asiento, si estoy parado peso el triple de mi mismo, a veces no la veo y hasta puedo sonreír quizás de haber incorporado ese tortuoso gesto de girar la cabeza hacia la derecha en ese preciso momento
Si llovería o si lloviese -no se vos sabrás- las ballenas negras podrían deslizarse por el asfalto como los colectivos, ojala llueva así en vez de colectivos aparecen ballenas negras que cargan y descargan personas, llenan su boca y escupen, masticarían a algunos quizás, son bonitas las ballenas negras, oscuras y resbalosas.
Ojala te traguen.